Un martes jueves.

Este martes que se siente como un jueves, pero que para la gente que me rodea es un martes dominguero, me tiene anonadada.

Ayer dirigí el primer comercial de mi vida.

Vino a mi como todos los logros que he cosechado: con el esfuerzo de tirar semillas acá y allá se me olvida lo que siembro, y me sorprendo con cosechas zarpadas que brotan a mi alrededor, frutos del agua entusiasta con el que me manejo por mis praderas internas.

Huracanes? BOCHA. Todos vienen del norte, liderados por una corriente de mi lóbulo frontal que arrasa con todo lo que ve, y nunca sacia su hambre.

Pero tengo un granerito escondido donde guardo el amor propio que reconstruye mis campos luego de la ira que azota.

Y hoy martes corro libre por la pradera de los logros.

Veo tormentas en el frente; que vengan, tengo provisiones...