domingo, 21 de febrero de 2010

Alarmados seamos...




En mi fantasía, cada vez que decís una imbecilidad suena una alarma, una de esas parecidas a las que se escuchan en los programas de Preguntas y Respuestas cuando un participante se equivoca. Algo estruendoso y bochornoso, sonido sinÓnimo de equivocación, el que claramente necesitas fuera de tu cabeza porque evidentemente adentro careces de límites.
Luego me di cuenta de que si esa alarma existiera, todos podríamos comprar una y posiblemente ese ruido me perseguiría.
Pero claro, no olvidemos que la fantasía es MÍA, y sólo yo soy dueña de esa preciosidad...
MUAJAJA!

Secreto de la Semana



** Por eso en casa no aplicamos esa filosofía ajjajaj

lunes, 15 de febrero de 2010

Poema de la Semana


En la ventana
Se clavan las miradas
De la gente mal pensada
Que espantan tu belleza

No temas ya mi amor
Que nadie te querrá
Pendiendo de sus bolsas
Que asfixian tu esplendor

Sos más que una mueca gris
Que pide que la entiendan
Rompiendo tu espectro por sinietra
Mira tu ombligo y salí

Sali de ahí
Del ojo ajeno
Que la paja te taladra
La canción de tu mirada...
**F.C.

domingo, 14 de febrero de 2010

Feliz San Valentín!

Para los que tienen uno, para los que no, para los que si y no lo aceptan y para los que lo que tienen es un desastre y no se animan a ser su propio San Valentin, acá una sobredosis de inspiración!

Feliz día y un beso especial para el mío, que en este momento está llevando la comida a la camucha para q veamos peli y me odia pq no ayude en la cocina!

TE AMO!


domingo, 7 de febrero de 2010

Secreto de la Semana


Vuelta y vuelta

La vida es como un horno. Sé que de movida esto suena como una incongruencia, pero con el debido detalle de mi teoría, quizás puedan llegar a comprender.

¿No tuvieron la sensación de llegar a un lugar donde la vibra, el ánimo, las charlas o las opiniones los hicieron sentir crudos? Entrar es difícil, sentís que vas a otro ritmo, que los comentarios caen en tu cabeza y hacen ruido hueco, para cuando comprendes, ya todos terminaron de reirse y pasaron a otro tema.

Lo mismo le pasa a esa milanesa que decidiste agregar a último momento, porque las otras que ya metiste en el horno se achican y te van a dejar con hambre.

Ahí están, impunes, empequeñecidas y más doradas... A la nueva no le queda otra que mojarse con lo que pueda de aceite y aceptar la indefectible realidad: nunca va a quedar igual de crocante. Una parte estará fuera de la abrasadera lo suficiente para que cuando haya logrado empequeñerse, ya no se parezca, quede blanquita y luego quemada, sin pasar por ese perfecto estado de plenitud al que uno llama punto justo.

Y así vamos, tratando de amoldarnos a las putas ollas y abrasaderas, pretendiendo más aceite del que nos toca, tratando de no quemarnos vivos (o muertos?) para luego ser simplemente masticados.