miércoles, 25 de noviembre de 2009

Pomelo y Flores


Nadie te lo cuenta, pero el pomelo cae pesado.
Me lo comí hace una hora y todavía siento que me tragué una bola de fraile sin masticar.
Basicamente eso es lo más emocionante que me pasó hoy.
Eso y un pelo encarnado.

Luego, dejando de lado la adrenalina vertiginosa de mi recién nacido miércoles, les cuento que ayer en una reunión de laburo, mi jefe, delante de su jefe, dijo que YO era una genia, que laburaba como un reloj y que era súper puntual para comunicarme.

Seguiría tirandome flores a mí misma, escribiendo sobre lo que se dijo de mí, pero por lo general y en contra del pronóstico popular, los halagos me incomodan (es por eso que me los autodigo, para evitar la vergüenza), y vomitar mi felicidad me resulta mucho más complejo que derramar mi tristeza. Cuando uno está acostumbrado a vivir con una huracán tropical en el pecho, relaciona la paz interior con un ojo de tormenta.
Será que de a poco me estaré mudando de zona de tornados a un bosque tranquilo?

¡No cantes victoria, chiquita, que en el bosque hay osos, Caperucita y su fucking orgía!

3 comentarios:

Charlie Knox dijo...

el pomelo, ni idea.. no me gusta
pero la sandía, me saturó y no la puedo comer más..
y con las flores.. siempre es bueno recibir halagos, sobre todo d gente con criterio
y caperucita.. el lobo se la come solo xq es una histerica medio boludita :P

beso!

Unknown dijo...

vaya elección de palabras amiga...reloj y puntual...

que ironía...

Vv dijo...

ajajaj viste, algo aprendí luego de tanto machaque!
igual nada tiene q ver el reloj y lo puntual con el horario, en este caso!